Cordyceps Sinensis: lo más parecido a una panacea universal

 

 

La humanidad lleva milenios buscando la “panacea universal”, mítico producto capaz no sólo de curar todas las enfermedades sino de prolongar indefinidamente la vida. Pues bien, hace más de veinte siglos los chinos creyeron haberla encontrado en una sustancia muy extraña que denominaron “gusano de invierno y hierba de verano”, tan poderosa que bastaba comerla para lograr un notable rejuvenecimiento que incluía no sólo la atenuación de los achaques físicos propios de la vejez sino una auténtica revitalización mental y sexual. Uno volvía a sentirse joven y fuerte tras consumirla.

 

Pero tan preciada sustancia sólo se encontraba en un rincón remoto del imperio y tanto por su escasez como por el coste de obtenerla y llevarla hasta la capital así como por lo excepcional de sus resultados su administración quedó reservada de forma exclusiva al emperador y a sus allegados más íntimos. ¿Y qué sustancia era ésa que recibió tan extraño nombre? Pues el Cordyceps sinensis, una seta entomopatológica, palabreja que indica que ¡crece en el interior de un insecto y se alimenta de él hasta matarlo!

 

En la actualidad se conocen unas 500 especies de este tipo de hongos entomopatológicos y muchos ya se están utilizando para el control de plagas -obviando así la contaminación ambiental que provocan los herbicidas y pesticidas químicos- pero el Cordyceps sinensis se encuentra de forma natural sólo en el altiplano tibetano y en las altas montañas de la provincia china de Qinghai, a más de 4.000 metros de altura.

 

 

La leyenda cuenta que fueron los pastores trashumantes que llevaban el ganado a las praderas de veranada quienes descubrieron sus efectos terapéuticos. Sencillamente, observaron que los animales que se alimentaban con las hierbas contaminadas con esta seta mostraban claros síntomas de revitalización junto con un poderoso incremento de su actividad sexual y de la fertilidad.

 

Hoy día la seta sigue recogiéndose de forma natural en su hábitat de las elevadas planicies del Tíbet, Bután, Nepal, la India septentrional y la provincia china de Sichuan y es una importante fuente de recursos para los pastores locales ya que su valor en el mercado de la ciudad de Xining puede alcanzar los 5.000 € el kilo (en el verano del año pasado hubo incluso enfrentamientos armados entre recolectores). La temporada de recogida empieza en mayo o junio -según la altura de la zona- y su acopio representa una importante fracción de los ingresos de esos campesinos.

 

El Gobierno chino trata de regular el cultivo y la recolección de la seta para evitar su sobre-explotación y eventual extinción en tanto que en Nepal y Bután su recolección estuvo prohibida durante varios años y en la India no se permite recogerla en las zonas de Reservas de la Biosfera. En realidad su extinción es imposible dado que el micelio se encuentra enterrado en el suelo y de hecho en las zonas más controladas se ha notado que una mayor extracción aumenta la abundancia de la seta al año siguiente.

 

 

La seta crece en el cuerpo de unas orugas que son el estado larval de una mariposa nocturnaendémica en la región conocida como “polilla murciélago del Himalaya” (Hepialus armoricanus). Las mariposas o polillas pasan por cuatro estadios: primero son huevos y de los huevos nacen las orugas (que algunos consideran larvas). Éstas se desplazan para alimentarse de hierbas y raíces y son grandes devoradoras de plantas. Al final de su ciclo se fijan sobre la hoja de una mata y pierden su cubierta externa quedando un cuerpo interior o “pupa” que no se mueve ni alimenta. Finalmente la pupa en estado latente se transforma en mariposa o polilla.

 

 

La oruga se alimenta de las hierbas todo el verano pero en otoño se entierra en el suelo donde es invadida o parasitada por el hongo Cordyceps. Con lo que antes de que complete el ciclo en el siguiente verano el hongo ya se ha comido casi todo el organismo y crece en el interior de la cubierta externa de la oruga muerta (en realidad se origina una “pupa” micótica en lugar de la del insecto) que queda momificada.

 

 

En Occidente se tuvo por primera vez conocimiento de ella cuando un sacerdote jesuita la dio a conocer en una reunión científica que tuvo lugar en Paris en 1726 informando de los efectos que producía su ingesta, algo que pudo comprobar personalmente mientras se encontraba viviendo en la corte del Emperador chino.

 

Además de recogerse en su hábitat natural la mayor parte del extracto de Cordiceps sinensis proviene de su cultivo controlado en medios vegetales ricos en proteínas. Las cepas utilizadas para estos cultivos provienen de individuos cuidadosamente seleccionados (germoplasma) y su ADN es regularmente secuenciado para evitar contaminaciones y garantizar que se trata de la misma especie. En cuanto al contenido de principios activos no hay ninguna diferencia entre la seta salvaje que crece alimentándose de la oruga y las cultivadas que son micelios celosamente vigilados mientras crecen alimentándose en un medio apto de proteínas vegetales.

 

La ciencia actual, con sus análisis químicos, ensayos de laboratorio con células “in vitro” y animales así como mediante experiencia clínica ha demostrado que la leyenda tiene base, que sus propiedades bioquímicas son extraordinarias. De ahí que la seta se utilice actualmente tanto como suplemento dietético como en especialidades farmacéuticas con notables resultados frente a enfermedades de difícil resolución como son el cáncer y el SIDA.

 

Al igual que casi un centenar de setas medicinales bien conocidas y estudiadas, Cordyceps sinensises rica en una serie de moléculas de notables propiedades terapéuticas entre las que destacan los denominados “beta-glucanos” y “proteoglicanos”, largas moléculas de polisacáridos -es decir formadas por “eslabones” de glucosa- en forma de cadenas que suelen unirse por pares formando espirales alargadas. Una de las características más interesantes de estas moléculas es que muchas uniones a lo largo de estas cadenas son de oxígeno y este oxígeno se libera en el entorno celular creando un ambiente oxidante que impide la proliferación de las células tumorales. Y es ese efecto oxigenante el que muchos investigadores relacionan con la acción anticancerígena de la seta.

 

 

El Dr. G. Halpern, que durante años estudió las propiedades terapéuticas de esta seta, sería uno de los descubridores de la “cordicepina”, nuevo antibiótico presente en la misma que además contiene otras moléculas de constatados efectos terapéuticos como el galactomanano, el manitol, el ergosterol, la adenosina, el ácido cordicépico y el ácido palmítico.

 

Cabe añadir que la Medicina Tradicional China utiliza la seta para el tratamiento de las patologías del sistema respiratorio inferior -especialmente bronquiales y asmáticas- incluyendo la tuberculosis. Y la considera uno de los mejores estimuladores de la energía del riñón teniendo por ello excelentes resultados en todas las afecciones relacionadas con lo que consideran “vacío de riñón”: impotencia, esterilidad, debilidad, anemia, problemas de artrosis y senilidad precoz. Obviamente la seta se utiliza también en las medicinas ayurvédica india y tibetana. En Tíbet se la conoce como Yarsa Gunba -que significa “Invierno-Verano”- y en la India como Keera Jhar o “Hierba insecto”.

 

 

LOS BENEFICIOS TERAPÉUTICOS

 

Entre los beneficios terapéuticos contrastados de la ingesta de Cordyceps sinensis se hallan los siguientes:

 

Reducción de tumores. Varios estudios clínicos realizados en China y Japón con enfermos de cáncer y utilizando una dosis de 6 gramos al día de Cordyceps natural manifestaron reducción de sus tumores. En uno de esos estudios -sobre 50 pacientes con cáncer de pulmón- se observó reducción tumoral en el 46% de ellos si se administraba Cordyceps junto con la habitual quimioterapia. En otro estudio con distintos tipos de cáncer se encontró que suministrando 6 gramos/día de extracto de Cordyceps durante dos meses se conseguían mejoras subjetivas en la mayoría de los pacientes junto con mejoras en los recuentos de leucocitos y disminución del tamaño del tumor.

 

En Japón se hicieron ensayos con ratones a los que se les inyectaban células cancerosas de linfoma y luego se les administraba Cordyceps. Se observó que con respecto al grupo de control se les prolongaba la vida, les mejoraba la respuesta inmune y los tumores eran de menor tamaño.

 

 

En suma, puede decirse que:

 

1. Inhibe la producción de ADN y la síntesis de ARN en las células cancerosas.

 

2. Estimula la diferenciación celular (las tumorales son indiferenciadas).

 

3. Favorece la reestructuración del citoesqueleto.

 

4. Inhibe la actividad de las proteino-kinasas.

 

5. Inhibe la metilación de los ácidos nucleicos.

 

5. Posee acción anticancerosa específica sobre los tumores de vesícula, renal, colon, pulmones y fibroblastomas.

 

Estimulación del sistema inmunitario. Potencia la acción de las células asesinas naturales y estimula la actividad de las placas de Peyer y la liberación de macrófagos según varios estudios. Uno de ellos demostró que esa estimulación tiene lugar tanto en individuos sanos como en enfermos de leucemia.Y otro -publicado en el Chinese Journal of Integrated Traditional and Western Medicine- que su administración en personas sanas aumenta la actividad de las células asesinas naturales en un 74% y en el caso de pacientes leucémicos un 400%. Resultados similares se obtuvieron con pacientes que sufrían melanomas.

 

Acción antibiótica. La cordicepina contenida en la seta y sus extractos actúa contra los peligrosos Clostridium perfringens y Clostridium paraputricum sin afectar a la flora intestinal. También se ha demostrado su acción bactericida frente a otros bacilos como Bacillus, Pasteurella, Streptococcus y Microsporum.

 

Acción antiviral con acción específica contra el virus del SIDA (VIH). Además de su capacidad antiviral derivada de su efecto potenciador del sistema inmune un ensayo realizado en Ghana en el año 2004 indicaría un posible efecto contra el VIH por inhibición de la actividad de la transcriptasa. Se administró una fórmula que contenía predominantemente Cordyceps a 3.000 pacientes en estadios tempranos de SIDA y al cabo de seis meses de administración ninguno de los pacientes mostró signos de presencia del virus VIH en sangre. En el recuadro sobre inmunidad se explica también otro posible mecanismo de la seta para actuar contra el virus del SIDA.

 

Efectos inmunodepresores. Se ha comparado el efecto inmunodepresor de esta seta con la de la ciclosporina, una droga de síntesis (que imita a una molécula producida por el hongo Tolypocladium inflatum, que de hecho es un anamorfo del género Cordyceps) muy utilizada para evitar el rechazo en los trasplantes de órganos.Cordyceps se ha utilizado de hecho en el tratamiento de enfermedades autoinmunes -en especial en la Tiroiditis de Hashimoto- logrando contrarrestar los síntomas más típicos: fatiga, hipotermia, disfunción respiratoria, disfunción cardíaca, depresión y falta de libido.

 

Aumenta la resistencia a la fatiga. Un grupo de nueve atletas femeninos de la selección china llamó la atención de los jurados cuando lograron romper nueve records mundiales en los Juegos Olímpicos Chinos de 1993. Y desde entonces hay varios casos de deportistas con resultados brillantes que previamente habían sido sometidos a una dieta de Cordyceps. De hecho se pensó en considerarla una sustancia de dopaje. Su administración permite aumentar la potencia y reactividad muscular hasta un 40%, mejorando el rendimiento aeróbico y la posterior eliminación de ácido láctico.

 

La investigación sobre el efecto revitalizador de esta seta puso en evidencia que un compuesto de la mismaaumenta (mediante un uso más eficiente del oxígeno disponible) hasta en un 55% la producción de moléculas ATP (adenosina trifosfato) lo que permite acelerar el metabolismo celular y en consecuencia la energía de las células. Esto explicaría la mayor capacidad energética a nivel orgánico y muscular y una disminución de la fatiga.

 

Mejora la ventilación. Varios estudios han demostrado que la administración de extractos de esta seta tiene un ligero “efecto codeína” equilibrando el sistema simpático-parasimpático y menguando la “irritabilidad” del tejido bronquial y pulmonar afectado, lo que alivia los síntomas de la bronquitis crónica y el asma junto con su acción broncodilatadora y relajadora de la musculatura bronquial. No hay que olvidar que a este efecto broncodilatador se suma su acción bactericida, inmunoestimulante y antiinflamatoria, por lo que no es de extrañar que se haya estado usando desde hace centenares de años en la Medicina Tradicional China para el tratamiento de la tos persistente y el asma.También se observó una notable mejora en afectados por EPOC.

 

Aumenta la absorción del oxígeno. Un estudio realizado en China con treinta pacientes ancianos -utilizando control doble ciego con placebo- mostró que los que tomaban Cordyceps aumentaban significativamente la proporción de oxígeno asimilado.Otro estudio con pacientes que cursaban distintas afecciones cardiovasculares mostraron aumentos de hasta un 40% en la absorción celular de oxígeno.

 

Mejora la función cardiaca. Varios estudios demostraron los beneficios de Cordyceps en los casos de arritmia e insuficiencia cardiaca.

 

Actividad hipotensora y contra la Claudicación intermitente (Síndrome del escaparate). Su efecto contra la alta tensión arterial se debe tanto a sustancias que relajan el musculo liso arterial como a su estímulo para la producción de oxido nítrico de efectos vaso-relajadores.A este efecto se suma su acción antitrombóticaal tener compuestos que disminuyen la agregación plaquetaria. Estos factores coadyuvan a mejorar la circulación arterial en las extremidades inferiores mejorando los síntomas de la Enfermedad Arterial Periférica.

 

-Controla los niveles de colesterol. Cuatro estudios han demostrado que Cordyceps ayuda a bajar los triglicéridos y el exceso de colesterol al tiempo que aumenta la proporción del llamado “colesterol bueno” o HDL.

 

Protege y promueve la función hepática. También mejora la funcionalidad del hígado y repara los tejidos afibrosados resultantes de la cirrosis o de la hepatitis crónica o sub-crónica.En estudios hechos con un grupo de 33 pacientes con hepatitis B y ocho con cirrosis se observó mejoras de hasta el 71,9% sobre el test del timol y mejora del 78,6% en los valores de transaminasas SGTP señalando ambos una mejora en la funcionalidad del hígado.

 

Mejora la función renal. Un estudio en China demostró un 51% de mejora en el caso de una insuficiencia renal después de un mes de administrar un suplemento de Cordyceps a la dieta habitual del paciente. Otros ensayos han demostrado que protege los glomérulos renales impidiendo su necrosis con visible mejora del aclaramiento de la creatinina y disminución de la proteinuria.Se observó su eficacia frente a la nefro-toxicidad provocada por empleo de ciclosporina durante largos períodos en relación a pacientes trasplantados y a pesar de que Cordyceps tiene una actividad inmunosupresora comparable a la ciclosporina.

 

Ralentiza el envejecimiento. Estudios clínicos controlados han revelado mejoras sustanciales en sujetos con síntomas de senilidad y fatiga después de haberles sido administrado Cordiceps durante un período de 30 días lográndose medias de reducción de un 92% en la fatiga, del 89% en la sensación de frío y del 83% en los mareos. Aquellos que sufrían complicaciones respiratorias declararon sentirse más fuertes e incluso lograron hacer algo de ejercicio físico. También se han comprobado mejoras en la ansiedad, el insomnio, la amnesia y la falta de libido.

 

Posee efectos antioxidantes. Varios estudios demuestran la acción protectora de Cordyceps frente al daño causado por los radicales libres.

 

Protege la médula ósea de las radiaciones. Diferentes estudios han demostrado que la ingesta de este hongo protege a la médula ósea de los efectos de la radioterapia atenuando la disminución de la actividad hematopoyética. De hecho Cordyceps es considerado un factor hematopoyético y se ha comprobado que activa y multiplica las células madre hematopoyéticas en la médula de ratones de laboratorio.

 

Es antianémica. Por la potenciación de la actividad hematopoyética mencionada anteriormente.

 

-Tiene acción antidepresiva. Según algunos autores sus efectos contra la depresión leve, la ansiedad y el insomnio parecen estar relacionados con alguna molécula que actúa como inhibidora de la MAO.Además las investigaciones realizadas por elDr. K. Nishizawa en el 2007 han demostrado que el extracto de Cordyceps contiene moléculas que actúan sobre los receptores adrenérgicos y dopaminérgicos de las sinapsis neuronales pero sin afectar al sistema de la serotonina lo que aumentaría la acción antidepresiva de la seta.

 

Ayuda en casos de tinnitus. En un ensayo controlado se administraron varias infusiones de Cordyceps a 23 pacientes que sufrían de acúfenos. Ocho de ellos dejaron de sufrir la molestia, seis señalaron sensible mejoría y otros seis una mejoría leve. Se supone que en estos casos la seta actúa sobre la acumulación de fluidos en el oído medio.

 

Potencia la actividad sexual. En China se han realizado tres estudios distintos -controlados a doble ciego y placebo- sobre 200 personas que presentaban síntomas de libido disminuida y otros problemas sexuales. Pues bien, el 64% de los que utilizaron Cordyceps señaló mejorías contra un 24% de los que utilizaban el placebo.En otro estudio similar pero con 21 mujeres con síntomas equivalentes a los del grupo de hombres el 90% de las que tomaron Cordyceps señaló mejoras frente al 0% de las del grupo de control. Otro estudio a doble ciego dirigido por el Instituto de Materia Médica de Pekín encontró una mejora del 86% en el nivel de libido de las mujeres. En otro estudio con 189 participantes de ambos sexos Cordyceps no sólo mostró mejoras en la libido sino que además mejoró la fertilidad y el recuento de de espermatozoides prolongando la vida de los mismos en el 66% de los casos. Tanto la acción de relajación del musculo liso arterial como el estímulo en la producción de oxido nítrico de efectos vaso-relajadores hace que algunos consideren la seta un verdadero “Viagra natural”.

 

-Mejora la fertilidad. En el caso de la fertilidad masculina se observó el incremento de un 33% en el recuento de espermatozoides en 22 varones después de tomar un suplemento de Cordyceps durante ocho semanas junto con una disminución del 29% de espermatozoides defectuosos y un aumento del 79% de la supervivencia de los espermatozoides sanos.

 

Ayuda en los casos de adicciones. Uno de los usos tradicionales de la seta en la Medicina Tradicional China fue la de combatir la adicción al opio. Y si bien se desconocen los principios farmacológicos que pueden actuar en este sentido es probable que ese uso tradicional se vea pronto confirmado por estudios científicos. Todo indica que alguna de sus moléculas actúa como señal antagonista en receptores opiáceos del organismo humano (con efecto comparable a la naloxona); las investigaciones del Dr.K. Nishizawa así parecen apuntarlo. Si ello se corroborase sería interesante pues utilizar sus extractos en el tratamiento de distintas adicciones, desde las drogas hasta el tabaco.

 

CONCLUSIÓN Y RECOMENDACIÓN

 

En suma, aunque la acción más conocida del Cordyceps sinensis sea su efecto revitalizante los estudios realizados hasta hoy han demostrado que además tiene otras propiedades terapéuticas por lo que se trata de un excelente nutriente que recién empieza a ser conocido en Occidente. Eso sí, consuma sólo extractos de Cordyceps sinensis elaborados en cultivos orgánicos y ecológicos, con control oficial y elaborados en laboratorios de garantía evitando los productos baratos procedentes de países de Oriente porque es habitual encontrar en ellos contaminantes y su consumo podría provocar más daño que beneficios.

 
Respuesta inmune y anticancerígena demás de reparadora del ADN

 

Se sabe desde hace años que los betaglucanos presentes en casi todos los hongos medicinales son potentes activadores del sistema inmunitario. De hecho muchas drogas farmacéuticas -como el lentiniano, el grifolano o el PSK- son ejemplos de esos polisacáridos utilizados como medicamentos anticancerígenos. Ahora bien, en el caso del Cordyceps parece haber otro mecanismo antitumoral además de la acción potenciadora del sistema inmune de sus polisacáridos.

 

Actualmente se piensa que está relacionado con la estructura de alguno de los nucleótidos que se encuentran en la seta tales como la cordycepina (3’-deoxyadenosina). Esta es una molécula casi idéntica a la adenosina con la excepción de que carece de un átomo de oxigeno en la porción ribosa de la molécula en la 3’ posición. Este fenómeno se repite en otras moléculas de Cordyceps (por ejemplo, en el caso de la dideoxyadenosina). Esta característica ausencia de oxigeno en esa particular posición se considera especialmente importante ya que la estructura del ADN depende de ese oxigeno para crear el enlace entre dos nucleótidos adyacentes. Esa unión se encuentra entre las posiciones 3’ y 5’ de las porciones de ribosa de los nucleótidos formando la “estructura en escalones” que sostiene al ADN.

 

En la replicación celular el primer paso es el corte de la molécula de ADN a lo largo de su eje (o longitudinal) para formar un par de nucleótidos complementarios. El siguiente paso es la inserción -uno cada vez- de los nuevos nucleótidos complementarios. Estos se unen mediante puentes de hidrógeno reforzados con uniones fosfato-glucosa en las posiciones 3’ y 5’ del borde externo de la molécula, o sea en la porción ribosa. Así la síntesis de las nuevas moléculas de ADN se va formando paso a paso hasta replicar la mitad original exactamente igual. Pero esta síntesis se altera si aparece una molécula de cordicepina (3’-deoxyadenosina). Cuando esto ocurre no hay un oxigeno presente en tal posición vital que permita la unión 3’-5’ y entonces la replicación de la nueva molécula de ADN se bloquea. Al detenerse la síntesis del nuevo ADN la célula no puede continuar dividiéndose y entonces no se forman nuevas células. Así se detiene el crecimiento de las células tumorales.

 

En el caso de células normales la replicación no se detiene con la inserción de la 3’-deoxyadenosina ya que las células sanas tienen automecanismos de reparación del ADN. En cambio, por su propia naturaleza, las células cancerosas carecen de esos mecanismos de reparación de daños en la replicación del ADN (justamente por ello son cancerosas).

 

La mayoría de las bacterias y todos los virus (como en el caso del virus del VIH) carecen de mecanismos de reparación del ADN. Cuando observamos la velocidad de replicación de las células tumorales se vislumbra cómo este mecanismo puede ejercer una efectiva acción antitumoral. Por ejemplo, una célula mamaria sana tiene un promedio de vida de 10 días, pasados los cuales se replica formando dos nuevas células. Pero las células del cáncer de mama se reproducen muchísimo más rápido: cada 20 minutos. O sea, 750 veces más rápido que el tejido sano que les rodea.

 

Si la cordicepina fuese igual de tóxica para ambos tipos de células mataría a las cancerígenas 750 veces más rápido que a las normales. Pero dado que además las células sanas tienen sus propios mecanismos de reparación del ADN no son afectadas en absoluto por la cordicepina y la velocidad de muerte celular de las tumorales resulta entonces mucho más rápida que la relación 750:1 Este mecanismo de interrupción de la replicación del ADN es similar al de otros antitumorales y es considerado también como el mecanismo del efecto antiviral de la cordicepina.


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